Sculptor David Marshall

Sculpture is a dedication, not a career -this primordial necessity, this gene of creativity has shaped and motivated my life for the last fifty years. I am fascinated by the paradoxical nature of peoples relationship to the natural and industrial world. My subconscious has a predilection for natural phenomena -geological formations, ice patterns, fossils and degradation, the random forms of nature where no lines are straight and where sensory information comes from imperfections.

Through the casting process I have continually attempted to replicate nature while combining modern technology as a creative contrast – mixing brass and aluminium “one off” castings with lathe shavings, laser cuttings, railroad ties or agricultural and automotive materials – and establishing what I believe is a distinctive and very personal three dimensional language. This is my reaction to modernism, minimalism and all the other “isms” imposed by our increasingly depersonalized, machine arbitrated, IT society.

The impact and presence of a sculpture and its relationship to the environment should not be a conscious calculation but rather an instinctive feel of balance and space, a tactile attraction and a form of three D drawing. The sensory beauty of primitive natural materials – to transform them in original ways has been my basic reason for existing and continues to provide a fascinating artistic challenge.

Escultor David Marshall

La escultura es una dedicación, no una carrera, esta necesidad primordial, este gen de la creatividad ha moldeado y motivado mi vida durante los últimos cincuenta años. Estoy fascinado por la naturaleza paradójica de la relación de los pueblos con el mundo natural e industrial. Mi subconsciente tiene una predilección por los fenómenos naturales -formaciones geológicas, patrones de hielo, fósiles y degradación, las formas aleatorias de la naturaleza donde no hay líneas rectas y donde la información sensorial proviene de las imperfecciones.

A través del proceso de fundición, intenté replicar continuamente la naturaleza y combiné la tecnología moderna como un contraste creativo, mezclando fundiciones “únicas” de latón y aluminio con virutas de torno, cortes láser, ataduras de ferrocarril o materiales agrícolas y automotrices, y estableciendo lo que creo un lenguaje tridimensional distintivo y muy personal. Esta es mi reacción ante el modernismo, el minimalismo y todos los demás “ismos” impuestos por nuestra sociedad de TI, cada vez más despersonalizada, ametrallada por máquinas.

El impacto y la presencia de una escultura y su relación con el entorno no deben ser un cálculo consciente sino más bien una sensación instintiva de equilibrio y espacio, una atracción táctil y una forma de dibujo en tres D. La belleza sensorial de los materiales naturales primitivos, transformarlos de manera original ha sido mi razón básica para existir y continúa brindando un desafío artístico fascinante.